DESARROLLO EL PENSAMIENTO CRÍTICO CON LAS RUTINAS DEL PENSAMIENTO
Rutinas del pensamiento
Las rutinas de pensamiento nos permiten organizar los conocimientos ayudan a los estudiantes a aprender a pensar, a las distintas situaciones posibles, facilitando el pensamiento crítico, creativo y autónomo. Permiten evidenciar de manera clara y autónoma aquello que el alumno conoce, permitiéndoles ser cada vez más conscientes y más autónomos en su propio aprendizaje. Desarrollan el pensamiento ya que promueven la práctica de los 8 movimientos que el cerebro realiza para comprender: cuestionar los procesos, considerar distintas perspectivas, razonar con evidencia, hacer conexiones con conocimientos previos, describir, hacer conclusiones, construir explicaciones, interpretaciones y teorías y descubrir complejidad.
Los niños desde que nacemos empezamos a
desarrollar el pensamiento de acuerdo a cada cultura y podemos decir que a
medida que va creciendo va adquiriendo nuevas experiencias para que al llegar a
jóvenes y adultos puedan estar atentos y hacer frente a situaciones complejas,
como organizar el tiempo y establecer una buena estrategia en el estudio, poder
entender el punto de vista de otra persona aunque su pensamiento sea distinto,
ser críticos frente a un discurso, encontrar soluciones a situaciones de vida.
Para que los estudiantes aprendan, hay que
asegurar que se desarrolle el pensamiento, a través del trabajo con
disposiciones del pensamiento como: indagación, curiosidad, juego de ideas y
análisis de temas complejos, según las investigaciones existen ocho fuerzas que
ayudan a desarrollar una cultura del pensamiento en el aula:
1.Tiempo: Dedicar tiempo curricular para
que los estudiantes puedan pensar y resolver las propuestas del profesor,
respetando las diferencias individuales.
2- Oportunidades: Proponer a los
estudiantes actividades auténticas, donde puedan poner en práctica, desarrollar
diferentes procesos cognitivos e implicarse en las distintas tareas.
3- Rutinas: Son organizadores, que ayudan a
estructurar, ordenar y desarrollar distintas formas de pensamiento en el
proceso de aprendizaje promoviendo la autonomía de los estudiantes.
4- Lenguaje: Implementar en el aula un
lenguaje del pensamiento, donde se puedan denominar, describir, distinguir los
distintos procesos cognitivos y reflexionar.
5- Creación de modelos: Esto se da cuando
los estudiantes comparten sus ideas, intercambian puntos de vista y los
discuten, cada uno defiende su criterio.
6- Interrelaciones: Cada uno puede decir lo que piensa y se promueve el respeto por las ideas, creando un ambiente de confianza, cada uno demuestra sus fortalezas y
también sus debilidades.
7- Entorno físico: Crear un ambiente
emocional de confianza.
8- Expectativas: Establecer una planificación para que los estudiantes conozcan los objetivos de aprendizaje.
Las rutinas, que pueden ayudar a “hacer
visible” el pensamiento, juegan un rol muy importante en la organización y
sistematización de la forma de pensar, pudiendo convertirse en parte integral
del proceso de aprendizaje. Estas rutinas son sencillas, cuentan con pocos
pasos que colaboran en la atención y desarrollo del pensamiento.
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